Familiares y allegados de la mujer, asesinada el 21 de abril, llegaron hasta la funeraria Fuente de Luz para darle un emotivo último adiós
Familiares y allegados de la mujer, asesinada el 21 de abril, llegaron hasta la funeraria Fuente de Luz para darle un emotivo último adiós
Vega Baja - En medio de un profundo dolor, familiares y allegados se congregaron para recordar a Ivette Joan Meléndez Vega, la mujer de 56 años quien fue asesinada presuntamente a manos de Hermes Ávila Vázquez, en hechos ocurridos el 21 de abril, en Manatí.
La emotiva ceremonia, que inició a las 2:00 p.m., se llevó a cabo en la Funeraria Fuente de Luz, en Vega Baja. No obstante, a las 5:00 p.m., aún eran muchos los carros que arribaban al lugar para despedir a Meléndez Vega, quien fue descrita por varios como una persona amable, servicial y, sobretodo, alegre.
“Ella era súper feliz, bien servicial. Siempre ayudaba mucho a su familia”, expresó a este medio su primo Kaleb Meléndez.
“No hay palabras para esto que pasó”, agregó.
Esa alegría que la caracterizaba también fue una cualidad que destacó su tío José Vega, cuyos ojos se empañaron al recordar a su sobrina.
“Ella siempre estaba pendiente de mi hermana. Era una mujer muy alegre”, dijo Vega.
A las exequias fúnebres también llegaron amistades de su querido barrio Pueblo Nuevo, y no pudieron evitar las sonrisas al recordar a Meléndez Vega.
“Ella le brindaba su amistad a todo el mundo. Prácticamente, hacía amigos en donde quiera”, recordó Ana Rivera Santos, quien, además de ser de ese barrio, también era compañera de trabajo de la mujer.
“También era una mujer muy trabajadora. Trabajaba dando mantenimiento en un laboratorio y te puedo decir que lo más importante para ella eran sus hijos”, añadió.
“Ni ella ni ninguna mujer merecen pasar por lo que ella pasó. Jamás en la vida”, expresó conmovida.
Pero, para Edwin Lozada, el vínculo con Meléndez Vega comenzó hace 14 años y, más allá de ser su mejor amigo, la consideraba como su madre.
“Ella es mi mamá. Ella para mí es una persona que me enseñó muchas cosas lindas de la vida. Compartía con ellas todos los fines de semana. Recién me había escrito que llegara de mi viaje porque me extrañaba”, detalló Lozada.
“Teníamos ese lazo de amistad entre madre e hijo. A mí diagnosticaron cáncer en el 2022, y me operaron muchas veces y ella me cuidaba. Decía: ‘este es mi amigo, pero es mi hijo’. Ella se dejó amar de Vega Baja completo“, recordó.
Compartió que entre las aspiraciones de Meléndez Vega se encontraba comprarse un carro nuevo, remodelar su apartamento y poder comprar una casa.
“Le gustaba la playa y su frase favorita era ‘tremendo show’”, dijo entre carcajadas.
“Su mayor energía eran sus hijos y su nieta. Ella amaba a su nieta y sus dos hijos con locura”, expresó Lozada.
Al funeral, también asistió la abogada Mayra López Mulero, quien actualmente representa a la familia de la víctima. En un aparte con los medios, expresó lo afectados que están todos tras el crimen.
“Esta familia estuvo buscándome y yo la recibí. Esta familia está devastada. Nosotros en este momento tenemos una prioridad y es, en la medida de lo posible, expresarle los trámites de este proceso”, indicó López Mulero.
“La prioridad de ahora es de carácter humano, de darle orientación, de darles dirección a una familia que esta exigiendo explicaciones con razón”, abundó la licenciada.
El feminicidio de Meléndez Vega fue reportado a las 4:29 a.m. del 21 de abril en la carretera PR-686, cerca de la playa Los Tubos, en Manatí.
Más tarde, ese mismo día, la Uniformada detuvo a Ávila Vázquez tras recibir confidencias que apuntaban a que figuraba como sospechoso del atroz crimen.
El imputado ahora enfrenta cuatro cargos por feminicidio, portación y uso de arma blanca, destrucción de prueba y apropiación ilegal de un vehículo por la muerte de Meléndez Vega.
A su vez, fue ingresado a prisión tras no prestar la fianza de $4 millones que le fue impuesta por la jueza Cyndia Irizarry Casiano, del Tribunal de Primera Instancia de Arecibo.
La vista preliminar fue señalada para el próximo 7 de mayo.
La detención del sujeto, quien fue visto caminando a través de las cámaras de televisión, generó gran controversia, puesto a que fue sentenciado a 122 años de prisión por el asesinato de la terapista Celia López García en 2005, pero quedó en libertad en abril de 2023 tras invocar la Ley 25-1992 para el egreso de pacientes con enfermedades en etapa terminal.
Previo a su excarcelación, ya contaba con un amplio expediente criminal que se remonta a 1991, cuando fue procesado por delitos que incluyen violación sexual, secuestro y violaciones a la ley de armas.
En 1994, Ávila Vázquez también fue imputado de robo, posesión ilegal de armas, portación ilegal de armas, apuntar intencionalmente con un arma de fuego, tentativa de agresión sexual, tentativa de robo, apropiación ilegal agravada de un vehículo, daños agravados, tentativa de sodomía, posesión y portación ilegal de armas de fuego y restricción a la libertad. Por todos los cargos resultó culpable.
De igual forma, en 2004, enfrentó cargos por robo, agresión agravada, actos lascivos, y portación y uso de arma blanca.
Un año más tarde, el convicto fue sentenciado a 122 años de prisión tras declararse culpable por el asesinato de López García.
En el 2016, Ávila Vázquez intentó, sin éxito, un pase extendido a la libre comunidad por condición de salud, específicamente paraplejia.
Sin embargo, en abril del año pasado, presentó una nueva solicitud al amparo de la “Ley para el Egreso de Pacientes de SIDA y de otras Enfermedades en su Etapa Terminal que están confinados”, y quedó en libertad luego de cumplir 18 de los 122 años de su sentencia.
La compañía privada Physician Correctional fue quien determinó que el confinado referido padecía de condiciones incapacitantes severas en estado avanzado que lo cualificaban para ese beneficio.
Ante las circunstancias que rodean la excarcelación del confinado, la secretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Ana Escobar, ordenó una investigación.
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