Cada año, cuando el calendario marca el inicio de noviembre, despierta el espíritu navideño de los puertorriqueños. Desde ese momento se escuchan los aguinaldos, los vecinos se reúnen con más frecuencia y van decorando sus hogares y todo gira alrededor de las festividades, pues para muchos boricuas la Navidad representa la alegría de las reuniones familiares, jolgorio, coquito, pasteles y, sobretodo, lechón.