“Ella (Gloria Trevi) es la mejor de su generación. Sin discusión que valga”, aseguró un comunicador boricua que, al igual que muchos de sus compatriotas, llegaron anoche al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot para disfrutar del concierto “Mi ‘Soundtrack’”, de la cantante mexicana.

A través de un espectáculo de cinco actos que arrancó a las 9:35 p.m., la estrella del pop regiomontana presentó razones de sobra para que la opinión del relacionista y fanático de “La Trevi” se repita. La artista de 56 años ofreció un recorrido por su trayectoria de 35 años que incluyó temas clásicos y recientes en versiones que nunca habían sonado en Puerto Rico.

Para la apertura de su décima gira internacional, la exponente preparó un video sencillo, pero revelador. Mientras las luces del interior del recinto parpadeaban, se escuchó el audio del momento cuando distintos medios de comunicación reportaron su arresto el 13 de enero de 2000.

Los hechos se remontan al año 1997. Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz, nombre de pila de la estrella mexicana, huyó del ojo público mientras, al mismo, en Chihuahua se realizaba una denuncia penal por parte de los padres de una joven de 17 años llamada Karina Yapor, quien pertenecía al equipo de trabajo de la cantante y había desaparecido junto con ella, su productor y otras jóvenes. Junto a su expareja sentimental, Sergio Andrade, Trevi permaneció prófuga hasta el 13 de enero de 2000, cuando la Policía Federal de Brasil descubrió que vivía con documentos falsos en Río de Janeiro.

La compositora fue enviada a la prisión de la institución en Brasilia, donde estuvo encarcelada durante casi cuatro años. En 2004 fue absuelta del crimen por la justicia mexicana y liberada en las primeras horas de la mañana del 21 de septiembre de ese mismo año.

En el material audiovisual, la empresaria contrastó este período difícil de su vida con la innumerable cantidad de presentaciones artísticas que ha realizado hasta la fecha en todo el mundo. “Poderosa”, “rebelde” y “renovada” fueron tres palabras que se destacaron en las pantallas gigantes del montaje.

El tema “Medusa” sirvió para que la activista abriera la velada en la que estuvo acompañada de seis bailarines, dos coristas y siete músicos. Sin la necesidad de escándalos y exageraciones, la multigalardonada se llevó la primera de varias ovaciones de su público.

“Puerto Rico de mi alma. La verdad es que nuestra vida tiene música, y el momento en el que nosotros decidimos luchar por nuestros sueños tiene una canción, y esa canción es la misma pa’ ti y pa’ mí. Ese momento en el que nos aventuramos y dijimos ‘Hoy me iré de casa’”, dijo quien debutó en el cine en el 1991 con la película “Pelo suelto”.

Trevi, ataviada de negro, agregó una falda de tul multicolor corta, o tutú, a su ajuar. Con este leve cambio de “look”, la poseedora de casi una veintena de producciones discográficas regaló a los presentes el primer popurrí de la noche con éxitos como “Ya no” y “Zapatos viejos”.

Desde sus primeros pasos de carrera musical, la relación de la artista con el público de Puerto Rico ha sido de confianza. Esto, también quedó evidenciado anoche con expresiones como “Te amo, cabrón” y “No sean mamones”. Asimismo, sin verguenza alguna, “La Trevi” se cambió de ropa frente a todos con un poco de ayuda de sus bailarines.

Las baladas, sorprendentemente, fueron de los temas más esperados por los presentes que cantaron a todo pulmón clásicos como “Qué voy a hacer sin él”, “Con los ojos cerrados” y “El recuento de los daños”. La nostalgia se hizo evidente.

En esa línea, quien se caracteriza por su personalidad extrovertida e irreverente preguntó a la audiencia si recordaban la primera canción que escucharon en la radio de su autoría. Este tipo de interacciones que, sin duda, puso a pensar a más de uno, se extendió a lo largo de la velada igual que los cambios de ropa.

“Virgen de las vírgenes” definió la vibra de la noche. “La Trevi” regresó sin frenos, libre y desbordada en pasión. Para este número musical, la artista demostró varias de sus facetas: productora, actriz y cantante.

Gracias a la tecnología, la audiencia se sintió como en un cuento. Un bosque encantado, ambientación de suspenso y dos cajas de regalo gigantes fueron algunos de los elementos protagonistas. La mexicana salió al escenario vestida como un hada.

Trevi no tardó en despojarse de la “tela demás” y al finalizar la interpretación fue socorrida por sus bailarines y asistentes. “Los hombres son tan cabrones”, dijo mientras le quitaban algunas piezas del vestuario. “Nos vamos a poner kinkys”, añadió con sonrisa pícara.

En el escenario también aparecieron piezas como un mueble en forma de nube desde donde cantó “No hay almohada” de Mary Morín, la misma compositora de “Pelo suelto”, que particularmente le gusta mucho. También tuvo una estrella en la que se elevó por el escenario en dos ocasiones.

A lo largo de la velada interpretó otros popurrís con los que puso a bailar a los asistentes al incluir los temas “No tengo ropa”, “Les diré, les diremos” y “La acera de enfrente”. De igual manera, conquistó al público con sus temas urbanos más recientes “Dímelo al revés” y “Me lloras”.

Casi al finalizar el “show” Trevi habló sobre su reciente bioserie, en lo que narra lo que vivió al principio de su carrera junto a su primer representante. “El amor no te manipula, ni te lleva a la cárcel”, dijo sin contener el llanto. Luego interpretó “Vestida de azúcar”, una dedicatoria para su esposo, Armando Gómez, con quien lleva 14 años casada.

Gracias a esta relación, dijo la anfitriona a corazón abierto, es que hoy se siente “libre” y cree que hasta “con el corazón roto en pedazos” se puede volver a amar y “ser feliz”.